Mirada.

Y fue en ese preciso momento, desvariando la mirada hacia un lugar donde quizá no exista nada mas que un componente gaseoso que el recuerdo del calor de su mano llego a la suya. Cada uno de sus dedos sentía como eran tocados y despojados de aquel frío que sentía cuando la vio por primera vez y no por su temperatura natural si no por esa sensación sobrenatural que solo ella le hacía sentir y que se acumulaba en sus manos y su pecho, ese recuerdo paso por su memoria instantáneamente y sin querer el subconsciente transmitió una orden a su boca donde se reflejaba una sonrisa, la más sincera entre tantas a su alrededor, ese recuerdo se veía tan real que fue enmarcado por dos extensiones de los brazos de la naturaleza, la mirada que se iba cada vez más hacia arriba y se perdía en el cerrar de los ojos lo dejo tranquilo.